domingo, 16 de marzo de 2008

PONENCIA LEIDA EN CONGRESO FORMACION PROFESIONAL. ZARAGOZA. JULIO 2003

FORMACION EN LA INDUSTRIA DEL CALZADO

La industria de Fabricación de Calzados tiene ciertas características que la diferencian de las industrias típicas que encontramos en los diferentes sectores; por una parte se trata de una actividad en la que con escaso movimiento económico, comparativamente hablando, se mueve una gran cantidad de mano de obra; por otra, el acceso fácil con pocos recursos económicos a los elementos de mecanización de esta industria, provocan el que se pueda crear una fábrica de calzados o componentes con escasos recursos, casi siempre con maquinaria usada y en algunos casos obsoleta, ello daría lugar a la proliferación de industrias de fabricación de calzados, pequeñas y medianas, en manos de trabajadores con poca formación empresarial. También es un factor influyente en esa proliferación, el hecho singular de que en las zonas zapateras actúan compañías de exportación para las que es suficiente una fábrica que opere, sin modelaje propio, sin materias primas (estas las aporta la compañía), y en definitiva sin una organización financiera o contable que sería lo más lógico en cualquier empresa, a cambio de que el “industrial” que se pone al frente, tenga cierta experiencia en el tipo de fabricación de calzado que interesa a la compañía y que asuma los costes económicos del montaje de la empresa (nave industrial, instalaciones, maquinaria y operarios), la compañía queda exenta de compromisos y solamente paga los trabajos de fabricación a precios convenidos, pero que suelen ser muy bajos y por ello con márgenes comerciales escasos que, en algunos casos, y por falta de una adecuada política de gastos y control, más que beneficios lo que se aportan son pérdidas.

El sistema de formación en la industria zapatera ha variado sensiblemente a lo largo de los últimos años, en los momentos actuales hay escuelas especializadas y programas específicos, pero la formación del trabajador sigue, en una gran mayoría de zonas, caminando por los mismos derroteros de siempre, en algunos casos por falta de compromiso de las empresas, en otro por el propio personal que debe cualificarse; esto también obedece a mi juicio a varios factores: el primero a la facilidad que existe en encontrar una primera ocupación sin tener ningún tipo de formación, en este caso la propia fábrica se convierte en escuela con el consiguiente perjuicio para el sistema productivo y la lentitud y limitación del aprendizaje, por otro lado existe un rechazo contrastado en las zonas zapateras hacia la industria predominante, esto es debido a posicionamiento de los educadores (los padres de los futuros trabajadores) que aspiran un oficio diferente que pueda aportar menos sacrificio, más estabilidad y una diferencia en la escala social.

Sin entrar a valorar cuales han sido los sistemas empleados para la Formación de los Trabajadores en la industria del Calzado y afines desde los años 1950 que marcan más o menos el desarrollo industrial del calzado, digamos simplemente que en aquellos años se crean las Escuelas de Artes y Oficios, existiendo en las zonas zapateras de Elda y Comarca, como referencia a una de las zonas de mayor tradición zapatera, una Escuela que con sus propios programas de formación, actúa hasta que pasa a depender del Ministerio de Educación y Ciencia en la década de los años 80 y se integra en lo que con anterioridad se llamaron las Escuelas de Maestría Industrial, más adelante Institutos de Formación Profesional y actualmente Institutos de Enseñanza Secundaria. A lo largo de estos años, los programas han ido evolucionando y, en algunos casos, produciendo cambios radicales:

Como hemos dicho las Escuelas de Artes y Oficios, en la zona zapatera de Elda se trataba de una Escuela creada y mantenida por la Organización Sindical del Sindicato vertical de la Piel, trabajaban con sus propios programas y consistían sus métodos de formación en la preparación del alumno en los conocimientos para el manejo de las máquinas del momento, pero solamente aquellas que podían ser adquiridas con escasos medios económicos, con lo cual las máquinas casi siempre eran obsoletas, esta formación se completaba con el conocimiento de materias primas, productos y procesos y una formación integral en materias generales; hay que decir que en aquellos años la afluencia de alumnos era importante, se formaban hasta tres cursos de primero con cuarenta alumnos por curso, en un sistema de enseñanza que no otorgaba título reconocido más que por el Sindicato del Momento o por el Ministerio de Trabajo, más adelante. Ese tipo de formación estaba dirigido a adolescentes y jóvenes que estuviesen alrededor de los 16 a 18 años y los estudios completos duraban de dos a cinco años. A finales de los años 60 se incluye la enseñanza de piel en las Escuelas de Formación Profesional dependientes de Ministerio de Educación Nacional y en paralelo con las Escuelas de Artes y Oficios se empiezan a impartir cursos de aprendizaje y Maestría en el oficio, y digo en paralelo unas escuelas con otras, porque entre ambas no existía comunicación oficial, ni se compartían programas, con lo cual cada una llevaba un camino diferente; también hay que decir que las Escuelas de Formación de aquellos años carecían de casi todo, empezando por un programa oficial, textos e incluso personal competente para poder llevar a cabo las practicas de formación, en aquellos años primeros ser formador, profesor, de una de esas escuelas, suponía una enorme dosis de vocación ya que era imposible plantearlo como un asunto profesional. La proliferación de Escuelas, dos en una población de cuarenta mil habitantes, no era proporcional al número de alumnos que cursaban los estudios en las mismas, es decir, las matrículas en los primeros años podían ser numerosas, pero en unas enseñanzas que debían durar entre dos y cinco años, la mayor parte de los alumnos abandonaban la escuela tras el primer año y esto obedecía a un fenómeno fundamentalmente: El alumno cuando conseguía un ligero dominio sobre una determinada máquina, encontraba un puesto de trabajo y se marchaba.

¿Pero que decir de la formación de los trabajadores adultos que no tenían la edad adecuada para poder acceder a una escuela de formación reglada?, pues a falta de las escuelas que aparecieron con posterioridad, de Formación Ocupacional, su capacitación corría a cargo de la Empresa que los contrataba para pequeños trabajos en los que no se requería experiencia ni dominio y poco a poco se iba formando en aquello que podía o que le daban oportunidad de hacerlo, naturalmente dentro de la propia fábrica.

Por otra parte la Formación de Cuadros de Mandos Intermedios corre a cargo casi en exclusiva, en las décadas de los años 60 y 70, de las Escuelas de Mandos Intermedios dependientes de la Compañía de Jesús; la formación se imparte siguiendo la doctrina social de la Iglesia que en algunas ocasiones tropezaba con los planteamientos del Estado; aquellas Escuelas que proliferaban por España, tenían una en cada provincia española y capacitaban a una media de cincuenta mandos intermedios cada año, entre los que se llamaban Mandos Intermedios Industriales y Administrativos, con unos textos preparados por la Universidad de Deusto y bien estructurados para su época; pero aún siendo bastante, seguía siendo poco para tratar de formar a esa gran cantidad de Encargados de Sección y dirigentes medios que precisaban las industrias del calzado, ya que para este tipo de industria solo se disponía de una Escuela ubicada en Elda.

La Formación de los Empresarios era nula en los años 60 y comenzó tímidamente a través de cursos privados o Instituciones que se fueron creando con posterioridad y dependientes de las diferentes Universidades, en Alicante era FUNDESEM (dependiente de ICADE) la que abordó los temas de formación, más tarde fueron las propias asociaciones empresariales las que convocaban algún que otro curso; pero todo seguía siendo escaso, además apenas tenía acogida en el seno del sector y eran muy pocos los Empresarios que acudían a este tipo de Formación, por lo tanto los sistemas para formar a Empresarios se sucedían como había pasado desde siempre, es decir, sin ningún tipo de formación más que la puramente práctica y basándose en las propias dotes de la persona. En las zonas zapateras los Empresarios eran trabajadores que ponían en marcha su propio taller y que años después lo convertían en fábricas, en algunos casos la industria pasaba de padres a hijos y en el 95% de los casos las industrias de fabricación de calzados no superaban una generación.

Hasta aquí he tratado de dar una pincelada a lo que ha sido la F. P. en España en cada uno de los niveles, ahora veamos que está sucediendo….

Empecemos por los trabajadores: en el año 1994 se pone en marcha de forma generalizada, los Ciclos Formativos de Grado Medio y Superior, en las Escuelas de Formación Profesional, hasta llegar aquí las Escuelas se han ido transformando con planes de estudio casi cada cuatro años, con estos Ciclos se pretende acortar los estudios en la escuela y acompañar a los mismos de unas prácticas en Empresa que están entre tres y cinco meses. Las Escuelas Ocupacionales ofrecen cursos de varios meses para enseñar simplemente un oficio. La primera incongruencia es que entre ambos sistemas de formación, el primero impartido por la Consellería de Educación de cada Comunidad Autónoma y el segundo impartido por profesores contratados por la Consellería de Trabajo o Empleo, no existe comunicación alguna, es decir, cada uno de estos cursos funciona con su propia programación. También hay otras Escuelas privadas que ofrecen cursos de formación, algunas concertadas con la enseñanza Ocupacional, es el caso de la Escuela que los Salesianos poseen en Elche, además de academias privadas que acuden a diferentes oficios según las necesidades de la industria. ¿Cuál es la respuesta?, pues a mi juicio y tras varios años de constatación en la industria y en los Centros Docentes, al final la incidencia de las enseñanzas escolarizadas en la industria es mínima, por ejemplo: la Escuela de E.S. de Elda, en la que se imparten cursos de Grado Medio y Superior de Calzado, la media en el primer año es de 15 alumnos, en una población con 55.000 habitantes, con más de 400 Empresas de Calzado y afines y en la que el 90% del censo industrial depende únicamente del calzado y su industria auxiliar, no digamos las ciudades y pueblos de la provincia que tienen esta industria como mayoritaria y no tiene siquiera Escuela de Formación Profesional.; pero los datos son todavía más alarmantes en Elche con una población tres veces superior y proporcionalmente la cantidad de obreros empleados en el calzado; eso nos da una idea de que la F.P. está fracasando en aquellos jóvenes que buscan el primer empleo y las causas siguen siendo las mismas que hace años, la facilidad para encontrar un puesto de trabajo en la empresa y la progresión dentro de ella para aprender un oficio; en algunos casos, como el aparado, el oficio se transmite de padres a hijos ya que rara es la familia que no cuenta en su seno con una aparadora.

Si analizamos cuales son las causas de la falta de aceptación de la enseñanza reglada por parte de nuestros jóvenes, podremos llegar a varias conclusiones: en primer lugar la falta de una motivación clara que suponga para el alumno una diferencia entre estudiar o no estudiar, es decir, que ventajas va a tener ese joven de estar formándose durante dos años a ese otro que en un curso ocupacional obtiene idéntico dominio o aquel que entra en la fábrica y adquiere el dominio sin perder un solo día de salario; por otra parte la ausencia de determinados oficios que no se contemplan desde la F.P., por ejemplo el de Diseñador-Modelista, que estando presente en otros planes de estudios y siendo uno de los mayores reclamos, ahora se ha perdido. En el estudio curricular que se realizó sobre las enseñanzas de F.P. y cuyo equipo de trabajo estuvo compuesto de representantes del sector privado de la industria zapatera, de los Institutos de Investigación del sector, de las Escuelas de Tenería y de Confección y también en mi calidad de profesor de Tecnología de la Piel, como experto educativo; pues bien, aquel equipo se vio presionado para no incluir el diseño de calzado (que es diferente en su concepción del resto de diseño de otras industrias) en el los programas de los Ciclos Formativos de Formación Profesional y dejar en manos de la Universidad este tipo de materias, cosa totalmente equivocada y por la que los futuros diseñadores de calzado ven cerradas sus puertas en la F.P. y tienen que recurrir a profesorado privado o realizar su aprendizaje en los talleres de diseño., en el Ciclo Formativo de Grado Superior de la Piel, solamente se contemplan 3 horas semanales para un Módulo que se llama “Análisis de diseños y modelos” y en los que se dedica la formación del Módulo, a Análisis de mercados, proyectos de diseño, Proceso de creación de colecciones e Historia y estilos de la indumentaria., sin embargo si que hay unos módulos que estudian con más extensión todo lo referido a patronaje.

El alumno que acaba su Ciclo Formativo y entra en la Empresa para realizar las 408 horas de prácticas que prevé el Ciclo de Grado Medio y las 440 de que consta el Superior se encuentra, en un gran número de Empresas, que las prácticas quedan reducidas a la ocupación de uno dos puestos de trabajo, de forma continuada y hasta el final del periodo de formación, con lo cual la experiencia le genera una nueva frustración, es decir, son utilizados para “tapar huecos” y no para darles las prácticas de una formación recibida en la Escuela, naturalmente esto ocurre salvo algunas meritorias excepciones; y debe ser el tutor del curso el que baya por las empresas tratando de corregir esta disfunción que acaban casi siempre con el cambio de Empresa del alumno.

Por otra parte se da la paradoja que en las zonas zapateras los alumnos de enseñanza primaria que van a pasar a secundaria y son consultados, se niegan a estudiar la formación que les posibilite a obtener un puesto de trabajo como el que tienen sus padres (como ya se dijo anteriormente), y por el contrario se empeñan en estudiar otros Ciclos formativos que se supone, les aporta una mayor categoría social, por ejemplo: Administrativo, Sanitario, Automoción y otros; el resultado es que al cabo de los años nos encontramos en la industria con especialistas de fabricación de calzado con titulaciones de Ciclos Formativos de Sanitario, Administrativo etc., lo que demuestra un mal planteamiento de su salida profesional que, evidentemente, no encuentra en aquello para lo que ha estudiado y sí en la industria básica de la zona que sigue siendo la que genera puestos de trabajo en los diferentes oficios de la Industria de fabricación de Calzados.

Otro problema que encontramos es la dificultad de pasar de un Ciclo Medio a otro Superior para un chico que pueda no ser un buen estudiante, actualmente se precisa un curso de acceso de bachiller en el que se incluyen asignaturas muy difíciles de superar a estas alturas de la vida académica de un mediano o mal estudiante. Los alumnos de Ciclo Medio que tengan 20 años cumplidos deberán hacer dicha prueba de acceso. Otra incongruencia es que a los alumnos que tengan el Título de Bachiller LOGSE o tener aprobado el COU, pueden entrar directamente en el Ciclo Superior y aunque se les supone capaces de asimilar las enseñanzas del Medio en un tiempo record, lo cierto es que las materias prácticas del Ciclo Medio les cuesta su aprendizaje y en este aspecto presentan ciertas carencias, otro caso bien distinto es el de aquel alumno que llega al Ciclo Superior desde la antigua F.P. II de cualquier rama, pero en este caso si no es la rama específica de calzado, también tiene problemas de aprendizaje, ya que hay que considerar que esos alumnos deben realizar las mismas 960 horas de enseñanza reglada en el Centro.

Otro inconveniente generalizado en los Centros dependientes de los Gobiernos Autónomos o de la Administración Central en materia de educación, es que los profesores en prácticas tienen que poseer titulación universitaria y es casi imposible encontrar Ingenieros, Aparejadores, Licenciados, que dominen las distintas fases de la fabricación a nivel práctico, de ahí que en muchos centros de F.P. las prácticas sean solo testimoniales y las clases se limiten a un mero conocimiento de las máquinas o de los trabajos manuales.

Respecto a la Formación de Mandos Intermedios, el panorama es decepcionante, en el momento actual apenas queda una escuela de formación en Barcelona y el resto está en manos de los Sindicatos que actúan de forma desigual en cada provincia del país y que en el caso del calzado no existe ese tipo de formación, por lo tanto los encargados y demás mandos intermedios deben formarse en la propia empresa a nivel práctico sin poder acceder a la formación necesaria, tanto las competencias a nivel directivo como las de tipo social. No encontramos de forma muy infrecuente, que algunos Mandos Intermedios de empresas, se forman asistiendo a cursos impartidos por la Universidad o por Empresas privadas especialistas en este tipo de formación.

Los Empresarios de las industrias de calzado responden a tres tipologías:

La gran Empresa que plantea su organización interna con los niveles de competencia que son de aplicación en una industria moderna, competitiva, que difunde su marca y vende el producto al mercado internacional. En este caso se trata de sociedades anónimas o limitadas en las que interviene un Consejo de Administración y los dirigentes de las diferentes Secciones poseen titulación universitaria o especializada y realizan cursos de formación con cierta frecuencia, incluso asisten a cursos de formación continuada.

El Empresario que dirige su empresa de tamaño mediana y pequeña y con unos principios autodidactas en la propia industria, con ventas directas al mercado nacional o internacional y confección de sus colecciones de temporada, trata de formarse y formar a sus directivos. Se trata de una persona que personifica su empresa en sí mismo y aún reconociendo que la formación es importante, carece de tiempo para ello y considera más interesante dominar las técnicas de fabricación, en algunos casos se trata de empresas familiares en las que la incorporación de los hijos, aportan titulaciones universitarias que son de gran ayuda para las tareas de dirección, racionalización y control.

El Empresario que dirige una Empresa mediana o pequeña, que no genera ningún muestrario propio y trabaja para compañías exportadoras. Ni tiene tiempo, ni le interesa su formación o la de sus cuadros directivos, está a merced de la compañía y es esta la que establece las políticas de compra y de venta, naturalmente a esas Compañías exportadoras tampoco les importa que tengan la menor formación, actúan con ellas buscando los beneficios económicos que les pueda aportar y cuando no les interesa, las abandona a su suerte.

Este tipo de Empresas son de corte capitalistas y otro tipo de empresas tienen menor incidencia o incluso son inexistentes en el sector calzado, ejemplo, las empresas de cogestión o las cooperativas.

Un problema añadido a la formación de cuadros directivos, es la falta de conocimientos específicos del sector por parte de los universitarios que terminan sus estudios de Ingeniería, Empresariales o Económicas, entre otras y quieren acceder a las industrias del calzado. En los últimos años se puso en práctica una experiencia piloto en la Universidad de Alicante, consiste en la puesta en marcha de un curso compuesto por seis Módulos formativos y dirigidos a alumnos de último año de los estudios nombrados y que pretendan acceder a un puesto de trabajo en las fábricas del sector calzado. Por medio de estos cursos, que he programado y dirigido, el alumno recibe una formación que le posibilita el conocimiento interno de la fabricación de calzados y afines, sus sistemas de organización, materias primas y trasformadas etc.. Con este sistema se evita que los nuevos profesionales queden a merced de la empresa como único centro de formación y están en disposición de acceder de forma inmediata a este tipo de empresas.

En resumen, se pueden establecer tres niveles de formación: La Formación del Trabajador por medio de la F.P. y los Cursos Ocupacionales; La Formación de Cuadros Intermedios y la Formación de los Empresarios.

Respecto a la primera, se pueden establecer criterios para hacerla más efectiva. Como propuesta con relación a las enseñanzas recibidas, se propone una mayor coordinación entre las enseñanzas regladas de Formación Profesional dependientes de las Comunidades Autónomas en materia de Educación y las de los Centros Ocupacionales dependientes de Empleo. Se propone también adecuar las enseñanzas de los estudios de los Ciclos Formativos de Nivel Medio y Superior introduciendo y reforzando los Módulos de Diseño en Calzado y marroquinería para que las enseñanzas tengan más “gancho” desde el punto de vista de las posibles salidas profesionales. Se propone que las Escuelas de F.P. dependientes de las Comunidades Autónomas en el área de Educación contraten con carácter temporal a profesores de prácticas de Diseño y Modelaje; Cortado; Aparado y Montaje, a profesionales en ejercicio libre que lo sean especialistas en esas fases de la fabricación. Respecto a las prácticas en Empresas, hay que regular mejor ese tipo de actividad que es vital para el alumno, y para ello las Empresas deben recibir un incentivo de la Administración para que se comprometa seriamente en la formación de los alumnos. Por último sería deseable que en los Convenios que se suscriben entre Empresas y Sindicatos, la figura del Titulado por los centro de F.P. tuviese un reconocimiento que podría traducirse en bonificaciones fiscales por cada alumno contratado o cualquier otro apoyo que permita a las Empresas contratar los servicios de un Titulado por encima de cualquier otro trabajador que se inicia en el conocimiento del trabajo.

Respecto a la Formación de Mandos Intermedios, deben potenciarse los Cursos de Formación desde los Sindicatos, por cursos de apoyo organizados por las Asociaciones Empresariales y también con cursos de formación a universitarios de último año y que deseen integrarse en este tipo de industrias. El reconocimiento en los Convenios Colectivos de la figura del mando Intermedio con formación por encima de cualquier otro podría conseguirse con posibles desgravaciones para las Empresas que justifiquen su presencia.

Por último un mensaje claro debe llegar a los Empresarios, sin formación empresarial se camina derecho al fracaso, de ahí que las Asociaciones Empresariales tengan una responsabilidad en la Formación ineludible y deban fomentar de manera continua, cursos de formación continua, concertado con la Universidad o con Empresas especializadas.

A estas alturas del nuevo siglo y con la experiencia vivida, con los ejemplos de otros países de Europa mucho más avanzados en materia de Formación, deben realizarse serios esfuerzos para que los sistemas establecidos de Formación a todos los niveles funcionen bien. Es un compromiso de todos y, en lo que a nosotros nos afecta, a la Formación Profesional en el sector calzado que por las características de esta industria, por todo lo dicho hasta aquí, se hace mucho más necesario acometer.

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